- Pepe, cómprame una alfombra.
Nada de eso, tú vuelas en escoba, como tu madre.
- Mi marido es tocólogo.
Pues el mío es meteorólogo.
¡Qué suerte tienen algunas!
- Caperucita, Caperucita, ¿Adónde vas?
A lavarme el coño en el arroyo.
¡Vaya, cómo a cambiado el cuento!
- Pregunta el juez a la presunta prostituta:
¿Practica usted la prostitución?
No, señor juez. La practiqué hace mucho tiempo. Ahora la ejerzo.
- Va un perro y se le cae un huevo; sigue andando y se le cae el otro.
¿Te ha hecho gracia?
¿No?, pues el perro se descojonó.
- El otro día me puse tan borracho, que llegué a casa como Superman.
¿Volando?
No, con los calzoncillos encima de los pantalones.
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