domingo, 23 de marzo de 2008

Una verdad como un templo.

Si cuando montas algo sobran piezas y todo funciona bien, es porque al montarlo de fábrica pusieron piezas de más.

Nostradamus.

Los peligros de la depilacion masculina.

No lo he podido resistir y tengo que ponerlo, espero que os riáis tanto como yo:

Cómo afeitarse los huevos y no morir en el intento

No, no es una historia personal. Sin embargo me ha parecido tela de ilustrativa, para todo aquel que tenga algún día la idea de imitar el proceso.

Yo me he partido el pecho de risa.

Lunes:
Llego a casa nervioso y excitado hoy voy a poner en practica mi plan para sorprender a mi mujer y pasar una noche de sexo animal.
He decidido depilarme, pubis, ,testiculos y quedarme suave como un cd virgen, haber si se anima la cosa matrimonial, que ultimamente anda de capa caida.
Como no tengo ni idea de como hacerlo, pido consejo a una amiga del foro que ella tambien se rasura, ya que he visto una foto suya.
Leo y apunto sus consejos:

- primero rapar con maquina de cortar el pelo
- utilizar espuma o gel
- pasar maquinilla, nunca a contrapelo
- luego echarme crema hidratante

No tiene que ser tan dificil, todas las chicas de las fotos con las que me la meneo llevan el chochete como la pantalla del PC , asi que llego a casa y pongo manos a la obra..
Haber primero la maquina de cortar el pelo.
esto es facil.
intento pensar en el fary manteniendo relaciones homosexuales con Tinkywinky, porque el cosquilleo de la maquina en las pelotas me esta poniendo cachondo, y como me lie....

Acabo el primer rasurado con la maquina. Coño, como mola,ahora llevo el mismo corte en la cabeza, en la perilla y en la polla, soy capicua.
Empiezo con la espuma....jajjajaja parece mi pito un papa noel, hago el bobo delante del espejo "Aaaaaahhhhh! un pene rabioso !Aaaaahhhh!"
Bueno al grano, que te me distraes.

Cojo la cuchilla de afeitar. Se van a cagar, es la Guillete Machh3 Turbo tdi 16v. Esto corta mas que la sierra del viernes 13. Levanto mi escroto, para tener mejor visión primera duda: haber hazlo en el sentido del pelo ¡coño! ¿cual es el sentido del pelo en un cojón? cagada, yo tengo el huevo redondo (¿que raro no?, los pelillos no parecen tener un "sentido", simplemente salen de punta, bueno da igual. Empiezo a pasar la maquinilla con cuidado, aunque no evito darme algun pellizquito. Miro haber si por el corte que me acabo de hacer en el huevo, asoma el pollito.
No, ha habido suerte, no asoma ni un espermatozoide.
Lo he pasado mal, sobretodo cuando he llegado a la zona que linda con el ojo de sauron, casi atras, pero la cosa no ha ido mal.

Ataco el otro huevo, mas de lo mismo, como el chiste: ¿Manolo, sabes que tengo abilismo?
-no jodas y ¿eso que es?
Un huevo grande y otro lo mismo.
Voy a atacar los muslos, ahí casi no tengo vello, excapto la zona mas proxima a la bolsa escrotal. Sin problemas. Queda tan suave, como las nalgas de una quinceañera patinadora.
Toca la parte superior que afeito sin peoblemas. Bidé y agua caliente...parece que noto algo de escozor por algunos puntos. Seran cortecitos. Me miro al espejo. Joer que impresión.
Parece que vuelvo a tener 10 años y no lo digo por el tamaño del pene.
Lo digo por la calva.
Pero algo va mal.
Observo varias deficiencias. Veo las piernas peludas y llegando a los muslos, una calva.
Lo mismo sucede con la panza, baja un canalillo de pelos desde el ombligo y llegando al paquete !zas! Parecen los montes de chernobil.
Y por detras aun es peor, como voy a llevar un culo peludo y que al girarme parezca que ha llegado el otoño?...queda de pena.

Calma. que no cunda el panico. Aun quedan dos horas para que llegue mi mujer. Tengo tiempo, espuma, cuchillas y pulso de cirujano (con cirrosis , eso si).
No queda otro remedio. Primero el culo. ¿alguien se ha depilado el culo solo? Mientras lo hago , siento que soy el primero en intentarlo.
Me retuerzo, hasta que me cruje el espinazo para poder verme, como no lo consigo, lo hago sin mirar. ¡mierda! se me olvido pasarme la maquina antes, bueno ya da igual.
Llego ala zona del ano y como no veo nada, cojo un espejo demi muejr, que usa para depilarse las cejas.
Me coloco en la cama, como una mujer en el paritorio, con el espejo de la pared y el de mano. Hago posturitas hasta que me veo el culo. ¡coño! tanto tiempo juntos y apenas nos conociamos . Un par de minutos despues y a baso de pasarme la manopor el "lomo" dejo de notar pelos. ¡ culo depilado!.

Despues de eso las piernas no tienen dificultad. El torso lo hago leyendo el Hola. Joer con el Rey, como se lo ha pasado en la visita a Marruecos.
Bueno, pues dos cuchillas y medio bote de espuma después ¡no me reconozco!
¡coño! hasta parezco un deportista ¡que fresquito se nota! el aire hace cosquillitas por zonas que antes estaban abrigadas.
No se si ponerme trocitos de papel en los cortecitos, como hago con la barba. Pero decido quemejor no, no vaya a verme mi mujer y me suelte ¡anda!
¡que disfraz de momia mas guapo!

Una duchita para limpiar el resto de pelillos y de espuma y con la maquinilla, voy repasando algun despistado. Esto me gusta me siento limpio, no se, como mas higienico sin tanto pelacho.
Queda el paso con la crema hidratante. Vamos alla, busco entre los potingues de mi mujer. Hay cosas rarisimas, por un momento dudo.
¿No estare buscando en las cosas de restauracion de muebles?.
Leo: "lifting","reafirmante", "anti-age", "leche desmaquilladora, hidratante, justo lo que yo busco. Espero que me de para todo el cuerpo.

Empiezo a untarme en el mismo orden que me he afeitado. Joer, pues será todo lo hidratante que quieras, pero pica como su puta madre.
Voy untando crema, mientras todo me esta escociendo.
Joer, jor, ahora entiendo cuando las tias lo pasan mal en la depilacion.

Cuando termino, parezco unba anchoa en lata. Tengo que sujetarme a la cama, porquepego un resbalón enla tarima flotante. Me paunto mentalmente el nombre dela crema, por si un dia mi mujer, me deja practicar el sexo anal.
Con esto, la meto yo la tranca y se piensa que es el meñique. Otra vez, que no joer, que no lo digo por el tamaño, que es por lo que resbala la crema.

Me escuece todo el cuerpo. Parece que tengo un hormiguero cabreado en los huevos .
Me visto y me voy a sacar al perro, haber si se me va calmando la cosa. Pero horrible, cualquiera queme vea, se va a pensar que tengo una bateria de cohe, enchufada en las pelotas.
Voy como si me soltaran descargas
escuece todo, pica que rabia.
Algo pasa, llego a casa y me desnudo.¡otias! estoy mas rojo que Llamazares.
Uhhhhhh, quela he cagado, que la he cagadooooo. Pero si yo he seguido las instrucciones de la Paty.¿será que las tias tienen el chirri mas resistente? Decido volver a ducarme con agua fria y la cosa se calma, pero donde me rozo me pica un huevo (nunca mejor dicho)

Aguanto como un campeón a que venga mi mujer, me conoce como si me hubiera parido, asi que nada mas entrar porl a puerta , me dice: "algo has echo" Es como cuando la digo, voy a comprarme un casco para la moto que está en oferta de 175 euros y vuelvo con uno de 399. Según entro por la puerta tiene la misma cara que tiene ahora.

-veras, creo que la he cagado
-¿que has roto? ¿cuanto te ha costado? ¿llevas mucho tiempo tirandotela?
Que no, que no, que no es una cagada de esas....mira.
Me desnudo y la enseño mi obra. Parezco un alemán en Torrevieja un 2 de Agosto o una gamba de >Huelva.

-Hay , la madre que te parió, pero si estas en carne viva
-Yo, es queee....queria darte una sorpresita...queria raparme los huevos y esooo... pero claro quedaba mal y tirando y tirando
-¿pero como lo has echo, con hacha?
-No. pero yo creo que ha sido la crema hidratante. Ahí si que me ha empezado a picar
¿que crema te has echado?
-esta
-La desmaquilladora???

JAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

Miercoles.-
Por fin se me han pasado lospicores. Lo peor ha sido el culo, me he retorcido como si tuviera lombrices. Parecia que habia plantado elano en un avispero.
El pecho pica, y la zona genital.
Tanto me he rascado que un amigo, me llego a preguntar "Tio, ..¿No te habras ido de putas y te han pegado algo?
No, tuve valor a explicarle lo ocurrido. Asíq ue ha dejado de hablarme , porque es amigo de mi mujer y a pensado que soy un putero.

Hoy voy a intentar hacer el amor con mi mujer. Estos dos dias ni me la he meneado. Cualquier movimiento irritaba alguna zona de mi cuerpo y terminaba rascandome mientras veian como mi pene( la unica zona de mi cuerpo que no estaba irritada) se bajaba.

Ahora me noto muchisimo mejor casi no me pica nada, no tengo nada irritado
Ayer tenia unos granos rojos por todo el cuerpo, como picaduras de mosquito.
Mi mujer decia, que tenia "cada poro de tu cuerpo cabreado contigo"
Pero hoy se va a cagar. Eso si, le diré que se abra de piernas en el borde de la cama. No quiero roces.

Espero que os haya gustado y una lagrima de risa

Saludos,

Angellus.

Paz, amor y dvd´s para todos.

domingo, 16 de marzo de 2008

De mi Dios he quebrantado diez mandamientos, de mi rey ninguno.

Bueno, siguiendo con mi originalidad, que por otro lado me caracteriza y con la diversidad de artículos que en este mi blog suelo tratar, reproduzco con permiso de su autor, espero, este articulo aparecido en la página web del diario abc, en el que se muestra el orgullo de quienes forman parte de la Guardia Real.

La Guardia del Rey. Todo por Su Majestad

Junto al Rey deben estar los mejores. Lo dice el ideario de la Guardia Real, y es verdad. «Cantad bravos soldados de España la gloria de ser fieles guardias del Rey», proclama su himno y ésa es su primera y última razón, la que repiten como una letanía todos y cada uno de los 1.900 componentes de este regimiento de hombres y mujeres que, como dice a D7 su coronel jefe, Juan Antonio Díaz Cruz, «han visto en los ojos de Sus Majestades los Reyes el orgullo que sienten al observarles. Y cada uno de los guardias —subraya—ha sentido al desfilar delante del Primer Español que el Rey le miraba a él. Y eso lo compensa todo».
Es el estímulo que, por encima de todo, les mueve a sortear obstáculos, a no mirar jamás el reloj, a emplearse con la misma entrega en unas maniobras, en un relevo solemne en el alcázar madrileño, en una misión de escolta, en una empresa internacional en Afganistán o en Kosovo o en el servicio de una cena de gala en el Palacio Real con la que el Monarca agasaja a un jefe de Estado invitado. Por eso, cuando en el Cuartel «El Rey», donde los jardines se hacen uno solo con los del Palacio contiguo de El Pardo, se pregunta a cualquier uniformado por qué está ahí, por qué es guardia real, «por el Rey, para servirle lo más cerca posible», es la única respuesta, una contestación sin trampa ni cartón que no admite peros. Tal es así que bien podría decirse que lo que cunde a nuestro alrededor es sencillamente una epidemia por contagio.
Por ejemplo, José Francisco Belmonte, soldado —o mejor, guardia—, dejó su trabajo fijo en Málaga para a sus 27 años ponerse desde la Escuadrilla Plus Ultra, del Ejército del Aire, al servicio del Rey. El próximo día 19 cumple 33 años y cuando esta mañana pasa revista a los seis últimos se le ilumina la cara. «Es mi vocación. Aquí, si no te gusta esto, no pintas nada. Entré en el Grupo de Honores que, además, forma parte de la guardia de seguridad, y allí disfrute mucho con las maniobras y aprendiendo tácticas policiales. En este grupo se sale a misiones en el exterior y se trabaja mucho, pero te compensa. Ahora me siento útil trabajando en la oficina de captación o reclutamiento, donde informo sobre la Guardia Real y las Fuerzas Armadas en general. Llaman mucho —y aprovecha para dar el gratuito 900 23 44 00—, y lo hacen más hombres que mujeres, porque ellas son más decididas y se presentan directamente. Son personas de entre 18 y 23 años. Y todos quieren ser guardias reales para estar cerca de la Familia Real, que es a lo máximo a lo que puede llegar un militar, y también les anima la diversidad de cursos que se ofertan (desde protocolo a paracaidismo). Lo cierto es que hay muchas posibilidades para elegir: perros, motos, guardia y control militar, buceo, caballería, música...» Belmonte, con un contrato de larga duración hasta los 45 años, me dice que aspira a sacarse el graduado en ESO, alcanzar el empleo de cabo primero o cabo mayor permanente —«que es como ser un guardia civil en la calle»— y seguir «haciendo lo que me pidan. Siempre, todo por el Rey».
Todo por Sus Majestades, desde el último guardia hasta el coronel jefe, que cuando estas páginas vean la luz será ya un general del Ejército con otra misión lejos de la Guardia Real. Es por ello que cuando recién nacido marzo entramos en su despacho de El Pardo, las palabras del militar ya son un epílogo a los casi tres últimos años de su vida. «Una experiencia maravillosa, tremenda, en la que he tenido la suerte de mandar la mejor unidad militar», apostilla con rotundidad. Un regimiento que aglutina a representantes de los tres ejércitos y de los cuerpos comunes ante Su Majestad, y que está a disposición de la Casa del Rey, organismo encargado de apoyar a Don Juan Carlos como jefe de Estado en las misiones que le corresponden, del que constituye esta Guardia Real su parte militar. Su jefe es el de la Casa y, por delegación, el jefe del Cuarto Militar del Rey.
«Nuestra fuerza —declara el coronel Díaz Cruz— la constituyen hombres y mujeres de una dedicación, capacidad de trabajo, voluntad de servicio y devoción por Su majestad el Rey envidiables. Todos ellos han sido formados en múltiples disciplinas, por lo que no sólo reúnen muchos y variados conocimientos, sino que además están dispuestos a ponerlos en práctica. A nadie se le caen los anillos por nada. Cualquiera que esté en la Guardia Real debe estar preparado en lo que es su propio Ejército, de tal manera que el de la compañía de infantería debe actuar como un infante, el de la batería como un artillero, el de la Mar Océana de la Armada como un infante de marina o el del escuadrón de caballería debe tener instrucción como jinete, pero luego todos han de ser capaces de desfilar y de formar parte de un conjunto que rinda honores y de servir en las misiones de guardia militar cuando nos requiera el jefe de seguridad de la Casa de Su Majestad, tanto en las residencias donde se aloja la Familia Real o en El Pardo, cuando lo ocupa un jefe de Estado extranjero en visita oficial. Y además debe saber rendir honores, proporcionar escoltas motorizadas o a caballo, e incluso formar un séquito técnico que acompaña a estas comitivas y que, entre otros, está formado por un médico y un representante de la guardia para controlar las caravanas. Los equipos de montaña y el de buceo, para reconocimientos del terreno y del litoral, están a disposición de la seguridad de la Casa. Uno de nuestros lemas es combinar tradición, que se remonta 500 años atrás cuando el Rey Fernando el Católico armó a sus mozos de espuela con el arma de moda en la época, la alabarda, convirtiéndola en el nexo que hilvana la historia de los Reyes de España y su guardia hasta hoy, y modernidad, porque nos valemos de la última tecnología en armamento, las más vanguardistas técnicas y procedimientos para cumplir lo mejor posible los objetivos que tenemos asignados».
Las misiones
Cometidos entre los que figura, en primer lugar, como ya se ha apuntado, el de colaborar con la seguridad dando guarda militar, que es el más importante y en el que se empeñan todos los días los guardias reales; el segundo es el de dar apoyo a la Casa, proporcionando desde conductores, veterinarios, médicos, ordenanzas o incluso camareros o sumilleres; el tercero es el de rendir honores y proporcionar escoltas solemnes a la Familia Real, y el cuarto, dar estos mismos servicios a los jefes de Estado extranjeros en visita oficial a España.
De estos últimos, tras una década en la unidad y desde su puesto de apoyo directo en el alcázar, ya ha perdido la cuenta el cabo primero César Paz, cavero de Palacio. «Soy de infantería pero me daba igual el arma cuando me propuse entrar: sólo quería ser guardia real porque dentro de las unidades de las Fuerzas Armadas es la que me hace sentir más orgulloso. Así que puede decirse que soy nacido militarmente por y para la Guardia Real y hoy, como hace 10 años, no me veo sin la boina azul. La verdad es que pensándolo detenidamente no sé decirle de dónde me viene este amor por la Guardia Real, porque ni tengo familia ni tenía conocidos en ella. Imagino que soy un español —y de Ciudad Real— más, que quiere al Rey y que ha decidido trabajar y servirle un poco más cerca».
El cabo Paz ingresó en la unidad el 21 de noviembre de 1997, en Mantenimiento, y su primera misión fue la de trabajar como albañil. Poco le importó la argamasa de la que estaba hecho tal desempeño. Ya lo ha dicho el coronel: aquí no se le caen los anillos a nadie. El caso es que luego vio en la hostelería un afán donde llevar a cabo grandes empresas. Y se volcó en ella. Claro está, que sin dejar de hacer maniobras y sin descuidar su preparación de infante. En los diferentes bares y cantinas del destacamento fue labrándose un porvenir, alentado por su servicio como camarero en Palacio. Tenía 20 años y ganas de comerse el mundo. «Dos años después fui destinado al Cuarto Militar del Rey, donde estuve tres años, en los que me hice sumiller a través del Instituto de Formación Empresarial (IFE) de la Cámara de Comercio, el más prestigioso, y realicé cursos de maestre de sala o metre, en los que quedé primero de la promoción, lo que me situó mejor en mi posición en la cava de Palacio. Hoy en ese destino digamos que soy fijo-discontinuo, porque además estoy asignado al Negociado de Comunicación. Sus Majestades los Reyes y sus Altezas Reales los Príncipes tienen su propio servicio interno, lo que llamamos aquí los camareros de la Familia, pero que no participan en los actos oficiales; entonces, la Casa recaba apoyo a la Guardia Real o a restaurantes como Jockey u hoteles como el Ritz. Y ahí es donde participó yo, encargándome no solo del vino, sino de todo tipo de bebidas, calidades, exigencias, gustos o particularidades que quiere Su Majestad como pueda ser la temperatura del vino».
Cuántas veces sus compañeros le han dicho lo bien que podría ganarse la vida fuera del Ejército, pero Paz sigue en la Guardia. «Estar aquí me da una satisfacción que un restaurante o un hotel no me darían, aunque me pagaran mucho más. Mi lugar es éste. Trabajar en la cava es un atractivo añadido que me proporciona una cercanía extraordinaria a la Familia Real». De la que por otra parte, los guardias no dejan de recibir muestras de afecto y complicidad. La última más sonada: el ingreso de la infanta Doña Leonor en la guardería del cuartel.
Afán de superación, curiosidad y ganas de aprender son el motor de César Paz. Su mérito: salir con bien del más difícil todavía. Como cuando le sacaron del curso militar de cabo primero para formar a los camareros que habrían de servir el banquete de la boda de los Príncipes. «Tenía 180 aspirantes de los que al final presenté a 164. Fue una odisea de tres meses. No tenían ni idea y tenía que llegar a un determinado nivel. No se trataba tampoco de enseñarles los misterios de la hostelería sino de que aprendieran a servir a la francesa. La experiencia resultó excelente».
Me ha advertido antes de empezar a hablar que «ni con autorización de Zarzuela» me dice el vino que le gusta a Don Juan Carlos. Así que cambio de tercio: «¿Y a usted?» «Mi debilidad como sumiller —responde— es descubrir buenos vinos. Ahora trabajamos para dar a conocer distintas denominaciones de origen. Mostrar qué buen vino hay en el Bierzo, Alicante o Toledo. Mis últimas ansias de exploración van dirigidas hacia los vinos catalanes, ya sea un cava o un priorato. Y también a la revolución de los vinos que está produciendo el Nuevo Mundo, donde cada vez se pisa más fuerte y compitiendo a un nivel similar al nuestro». ¿El vino, cuánto más caro mejor?, interpelo. «Por encima de 60 euros, que ya es una barbaridad, no hay vino que valga. Otra cosa es el snobismo y lo que quiera pedir el bodeguero. Custodio López Zamarra, del que hay que hablar cuando se habla de vinos, ha dicho que conociendo lo que conoce y sabiendo lo que sabe sería de estúpidos beber vinos de más de 12 euros, y esos son los que hay que descubrir».
Las «otras» tareas de Estado
Luego, el cabo primero me habla de la tarea de Estado que significa «en otro orden» dar un buen servicio a los invitados del Rey, y cómo en esa misión están involucrados desde la sastra que viste con esmero a los camareros hasta el conductor que hace que llegues puntual a Palacio. Y me habla de gratitud a su destino como guardia real.
Hoy, cuando toca a su fin el del coronel al frente de esta unidad, también a Díaz Cruz, que aprendió antes a cantar el himno de la infantería y el novio de la muerte que a leer, le rebosa el corazón de agradecimiento hacia sus padres —él, también militar, que asistirá orgulloso al generalato de su hijo; ella, que lo velará desde la última morada adonde partió sólo cuatro meses antes del ascenso—, «que me inculcaron el amor a España y a su Ejército y me enseñaron la importancia de la verdad, del trabajo bien hecho y el respeto hacia lo que nos rodea, coincida o no con nuestra forma de ser o de pensar. Y todo eso procurando mantener siempre una actitud de optimismo. Después de una historia fraguada en tan variados destinos —Operaciones Especiales, Academia de Infantería, Escuela de Estado Mayor, Legión y Cuarto militar del Rey— sé que la suerte no hay que esperarla, hay que buscarla o, mejor dicho, perseguirla y amarrarla. Con la lealtad, entrega, optimismo, máxima preparación y el trabajo diario de los hombres que forman la Guardia Real la suerte está asegurada». Y la de Sus Majestades.

Lo mismo digo yo.