Un tipo está en la fila del supermercado, cuando una rubia escultural
le saluda agitando la mano, y le lanza una de aquellas sonrisas estremecedoras.
El tipo mira hacia los lados, hasta que se convence que es con él.
Decidido, deja la fila y se acerca a la bella mujer. Suavemente le dice:
-Disculpe... ¿nos conocemos?
Ella le responde con una sonrisa encantadora:
-Pues... tal vez yo esté equivocada, pero me parece que usted es el
padre de uno de mis niños.
El tipo se queda boquiabierto, mientras su memoria trabaja gran
velocidad, intentando recordar los detalles de la única vez que le
fue infiel a su esposa. Extrañado le dice:
-¡Ohh! no me diga que usted es aquella stripper que en la despedida
de soltero de mi amigo, yo me la comí encima de la mesa de billar, en
medio de aquella tremenda orgía, completamente borracho, mientras una de
sus amigas me flagelaba comiéndome los huevos y metiéndome un pepino por
el culo.
-Bueno... no exactamente, responde ella visiblemente avergonzada.Yo
soy la nueva profesora de su hijo...
le saluda agitando la mano, y le lanza una de aquellas sonrisas estremecedoras.
El tipo mira hacia los lados, hasta que se convence que es con él.
Decidido, deja la fila y se acerca a la bella mujer. Suavemente le dice:
-Disculpe... ¿nos conocemos?
Ella le responde con una sonrisa encantadora:
-Pues... tal vez yo esté equivocada, pero me parece que usted es el
padre de uno de mis niños.
El tipo se queda boquiabierto, mientras su memoria trabaja gran
velocidad, intentando recordar los detalles de la única vez que le
fue infiel a su esposa. Extrañado le dice:
-¡Ohh! no me diga que usted es aquella stripper que en la despedida
de soltero de mi amigo, yo me la comí encima de la mesa de billar, en
medio de aquella tremenda orgía, completamente borracho, mientras una de
sus amigas me flagelaba comiéndome los huevos y metiéndome un pepino por
el culo.
-Bueno... no exactamente, responde ella visiblemente avergonzada.Yo
soy la nueva profesora de su hijo...
Gracias supersafra.
Al aproximarse a la recepción de un hotel, a un hombre
le llama la atención un ruido y al darse la vuelta,
golpea sin querer con el codo, el seno de una preciosa mujer.
Apenado y sin saber qué hacer, él dice:
- Mil disculpas señorita, si su corazón es tan suave como
su seno, tengo la seguridad de que me perdonará.
La mujer sonriendo le responde:
- Y si su pene es tan duro como su codo, mi habitación es la 201
le llama la atención un ruido y al darse la vuelta,
golpea sin querer con el codo, el seno de una preciosa mujer.
Apenado y sin saber qué hacer, él dice:
- Mil disculpas señorita, si su corazón es tan suave como
su seno, tengo la seguridad de que me perdonará.
La mujer sonriendo le responde:
- Y si su pene es tan duro como su codo, mi habitación es la 201
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