Por no consultar el legajo
Un joven sacerdote llega al monasterio y se le asigna la tarea de
ayudar a los demás monjes a transcribir los antiguos cánones y reglas de
la iglesia.
El joven sacerdote se sorprende que los monjes efectúen su trabajo a partir de copias y no de los manuscritos originales.
Va donde el padre abad y este le explica que si alguien hubiese cometido algún error en la primera copia, el error se propagaría a las copias posteriores y de generación en generación.
El padre abad le responde:- Hace siglos que procedemos así, y copiamos a partir de la copia precedente, pero tu puntualización es buena, hijo.
A la mañana siguiente, el padre abad desciende a las profundidades del sótano del monasterio; una caverna donde están preciosamente conservados los manuscritos y pergaminos originales. Donde hace siglos que nadie ha puesto los pies ni abierto los cofres que los contienen.
Se pasa allí la mañana entera, después la tarde, después la noche, sin dar señales de vida.
Las horas pasan y la preocupación crece hasta el punto en que el joven novicio se decide a ir a ver qué es lo que pasa.
Baja y encuentra al padre abad completamente ido, las vestiduras desgarradas, la frente ensangrentada y golpeándose sin parar la cabeza contra los venerables muros.
El joven monje se precipita sobre él y le pregunta:
- Padre abad, ¿qué le sucede?
El joven sacerdote se sorprende que los monjes efectúen su trabajo a partir de copias y no de los manuscritos originales.
Va donde el padre abad y este le explica que si alguien hubiese cometido algún error en la primera copia, el error se propagaría a las copias posteriores y de generación en generación.
El padre abad le responde:- Hace siglos que procedemos así, y copiamos a partir de la copia precedente, pero tu puntualización es buena, hijo.
A la mañana siguiente, el padre abad desciende a las profundidades del sótano del monasterio; una caverna donde están preciosamente conservados los manuscritos y pergaminos originales. Donde hace siglos que nadie ha puesto los pies ni abierto los cofres que los contienen.
Se pasa allí la mañana entera, después la tarde, después la noche, sin dar señales de vida.
Las horas pasan y la preocupación crece hasta el punto en que el joven novicio se decide a ir a ver qué es lo que pasa.
Baja y encuentra al padre abad completamente ido, las vestiduras desgarradas, la frente ensangrentada y golpeándose sin parar la cabeza contra los venerables muros.
El joven monje se precipita sobre él y le pregunta:
- Padre abad, ¿qué le sucede?
- !!!!CARIDAD!!!!...¡¡¡¡CAR IDAD!!!!... ¡¡¡Eran votos de "CARIDAD" los que teníamos que hacer...no de "CASTIDAD".
Estaban un león y un burro solos en la selva sin burras ni leonas y ya bastante necesitados.
El león le propone al burro tener sexo entre ellos, el burro responde que no tiene ningún problema. El león le pide ser el primero por ser el rey de la selva.
Entonces el burro ve que el león saca un frasco y se empieza a untar algo en el pene y le pregunta ¿qué es? y el león le dice: vaselina, para que no te produzca ardor en el culo. Satisfecho el león termina de hacer el sexo.
Ahora me toca a mí, dice el burro, se le va por atrás y el león se da vuelta y ve que además de vaselina el burro se estaba poniendo, otra pomada en el medio, una tercera en la punta y al final, una gota. El león cagao, le pregunta ¿qué es todo eso burro? y este le responde:
Mira, es vaselina para que no te arda el culo, vick vaporub para que no te arda el pecho, amoxicilina de 500 mg. para que no se te irrite la garganta y una gota de colirio para que no se te salgan las lágrimas!!
Carlitos, un pequeño de 5 años, jugaba con su tren en miniatura en el salón de su casa, mientras su mamá cocinaba y le miraba de vez en cuando.
Luego de varias vueltas el tren llega a la estación terminal y Carlitos, asumiendo el papel de inspector de tren dice:
'¡Estación terminal! ¡¡Todos los hijueputas que viajan hasta aquí tomen todas sus carajadas y se bajan rapidito del tren, montón de huevones.'
La madre lo miró sorprendida, y Carlitos prosiguió:
'Y los reculiones que viajan de vuelta, suban rapidito sus mierdas de maletas antes que los agarre a patadas en el culo!!' o los suba de las guevas. monton de malparidos, y al que no le guste que se coma una montaña de mierda y no se suba en mi tren.
Su madre, espantada, salió rápidamente de la cocina y le dijo:
'¿¿¿Pero qué vocabulario es ese, hijo??? ¡¡¡Deja inmediatamente ese tren y ándate a tu cuarto!!! ¡Quedas castigado por DOS horas!'
Luego de varias vueltas el tren llega a la estación terminal y Carlitos, asumiendo el papel de inspector de tren dice:
'¡Estación terminal! ¡¡Todos los hijueputas que viajan hasta aquí tomen todas sus carajadas y se bajan rapidito del tren, montón de huevones.'
La madre lo miró sorprendida, y Carlitos prosiguió:
'Y los reculiones que viajan de vuelta, suban rapidito sus mierdas de maletas antes que los agarre a patadas en el culo!!' o los suba de las guevas. monton de malparidos, y al que no le guste que se coma una montaña de mierda y no se suba en mi tren.
Su madre, espantada, salió rápidamente de la cocina y le dijo:
'¿¿¿Pero qué vocabulario es ese, hijo??? ¡¡¡Deja inmediatamente ese tren y ándate a tu cuarto!!! ¡Quedas castigado por DOS horas!'
Luego de las dos horas de castigo, Carlitos vuelve a jugar con su tren y
esta vez dice:
'¡Estación terminal! Los pasajeros deben descender. A nombre de nuestra empresa les agradecemos haber viajado con nosotros, prefiriendo nuestra hospitalidad, por favor bajen sus pertenencias y ante cualquier incomodidad, o duda, por favor soliciten la ayuda de nuestros asistentes.
Quienes viajan de vuelta, favor tengan la bondad de subir al tren con su equipaje y acomodarse en sus respectivos asientos El tren sale en 5 minutos.'
Su madre con una sonrisa ya más tranquila sigue cocinando, pero Carlitos
agrega:
'¡¡¡Y si algún HIJUEPUTA está enojado por las DOS horas de atraso, que se pare y le reclame a la VIEJA HIJUEPUTA que está en la cocina'.
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