Tres almas suben al cielo y San Pedro, que está en la puerta, les dice:
"Si no es por no dejaros entrar..., pero es que aquí ya no cabe ni un alma
más...; bueno..., una sí..."
Las 3 almas se miran entre sí con cara extrañada y dice una:
"Bueno... ¿y qué hacemos?"
San Pedro les contesta:
"Yo lo que hago en estos casos, es que cada alma me cuente cómo ha muerto y
la que lo haya hecho de la forma más increíble, entra en el cielo"
Va la primera alma y le cuenta:
"Yo hacía tiempo que sospechaba que mi mujer me ponía los cuernos...; un día
decidí llegar antes del trabajo para pillarla "in fraganti"...; incluso
decidí subir los 25 pisos andando para que no me oyeran llegar...
Cuál fue mi sorpresa que me encontré a mi mujer en
pelota picada tumbada en la alfombra y la muy perra me dice que estaba
haciendo gimnasia desnuda.
Me empiezo a cabrear y a buscar al hijo de puta que se la estaba tirando...
En esto que oigo como alguien está rascando en la ventana y me encuentro a
un tío colgado en la cornisa. Entonces cogí un bate de béisbol y le empecé a
dar de hostias hasta que se soltó y cayó,
pero el hijo puta tuvo tanta suerte que cayó en un toldo, rebotó hacia unos
arbustos y se salvó... Yo desesperado, cogí la nevera y se
la tiré a ver si le daba y me lo cargaba, con tan mala suerte que se me
enredó el cable en el pie y caí por la ventana detrás de la nevera..."
San Pedro flipado le hace salir y hace pasar a la siguiente alma...
Pregunta y ésta responde...:
"Yo era un limpia cristales, con futuro, eso sí... y un día que estaba
limpiando los cristales en un piso 26, se me rompió una cuerda del
andamio y me caí...; pero conseguí cogerme a la cornisa del piso de abajo...
Empecé a dar golpecitos a la ventana para ver si alguien me podía ayudar y
en esto que sale un tío con los ojos rojos de ira y me empieza a dar de
hostias con un bate y a insultarme hasta
que caí. Menos mal que había un toldo que me hizo rebotar haciaunos arbustos
y me salvé...; me toqué y vi que no me había hecho nada, pero al mirar hacia
arriba vi que venía una nevera hacia mí con el tío detrás..., me cayó encima
y..., ya no sé más...
San Pedro, ya descojonado y partiéndose de la risa, le dijo a la siguiente
alma que pasara... y que ya podía ser cojonuda su forma de morir, que lo
tenía dificilillo para entrar después de lo que estaba oyendo....
A la pregunta de San Pedro de cómo había sido su muerte, responde...:
"...Pues yo me estaba tirando a la mujer de un amigo cuando aparece éste y,
joder..., no se me ocurre otro sitio para esconderme que la nevera..."
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