Un chaval llega
a una tienda de material deportivo y le pide al vendedor que
le enseñe la mejor mira telescópica que haya para su rifle.
- Esta es la mejor del
mercado, tanto que si miras hacia la cima de aquella
montaña podrás ver en mi casa el nombre del perro en la caseta.
El chaval enfila la cima con
la mira y empieza a reír.
- De que te ríes chaval? - pregunta el
vendedor.
a una tienda de material deportivo y le pide al vendedor que
le enseñe la mejor mira telescópica que haya para su rifle.
- Esta es la mejor del
mercado, tanto que si miras hacia la cima de aquella
montaña podrás ver en mi casa el nombre del perro en la caseta.
El chaval enfila la cima con
la mira y empieza a reír.
- De que te ríes chaval? - pregunta el
vendedor.
- Es que estoy viendo en el jardín a un tío en bolas corriendo
detrás de una tía en bolas.
El vendedor coge la mira, la enfila para su
casa y empieza a enrojecer y
echar humo por las orejas. Coge dos balas y se
las da a chaval diciéndole:
- Vamos a hacer un trato. Te doy estas dos balas
y, si aciertas con una en
la cabeza de mi mujer y con otra en la polla del
tío, te regalo la mira telescópica.
El chaval coge el rifle, la mira y las balas, pone el ojo en la mira y
apunta el rifle hacia la casa. Después de un momento de indecisión le dice
al vendedor:
- Creo que puedo
hacerlo de un solo tiro.
Llega Manolo corriendo a la tienda de deportes; desnudo, pero calzado con zapatillas.
Ante la sorpresa de los clientes y vendedores, el encargado le pregunta:
"¿Qué necesita, señor?".
"Quiero una camiseta como la de MESSI, con el número 10, como para mí", responde Manolo.
El encargado toma una camiseta de la talla de Manolo y la extiende en el mostrador.
-"Pues, ¿cuánto vale, hombre?-, pregunta Manolo.
-"Son 60 euros"-, responde el dependiente.
-"¡La llevo!... Aquí tiene sus 30 euros- dice Manolo, entusiasmado.
-"Mi amigo..."-, aclara el dependiente -"...me ha oído mal, le dije 60 euros."
-"Lo he oído perfectamente; aquí tiene sus 30 euros y déme la camiseta"-, insiste Manolo.
-"¡Joder!..."-, exclama el dependiente -"...si le digo 60, es porque vale 60 y no 30..."
Manolo, ya enojado, responde:
"Entonces, ¿por qué tenéis ese cartel en la vidriera?"
-"¿A cuál de ellos se refiere?-, pregunta el dependiente.
-"A aquél que dice:
En la aduana.... Un matrimonio decide viajar a New York de vacaciones, ya que el marido hablaba inglés perfectamente.
En la aduana, haciendo los trámites, el empleado le preguntaba, lógicamente en inglés.
Buenos días señor, ¿me entrega su documentación y la de su esposa?
Aquí las tiene, caballero.
La mujer, como no entendía nada, le pregunta.
Mi amor, ¿qué ha dicho? Me ha pedido los papeles.
El empleado de la aduana vuelve a preguntar:
¿Tienen algo que declarar? No, absolutamente nada.
Nuevamente la esposa
¿Que dice ahora, cariño? Que si llevamos algo que tengamos que declarar.
Continúa el empleado con unas preguntas
¿De dónde vienen ustedes, señor? Somos españoles.
Nuevamente insiste la mujer
Cariño, ¿qué ha dicho? Pregunta de dónde venimos.
El empleado entonces comenta:
¡España! Estuve unos días allí hace tiempo. Magnífico país,
estupendo clima y buenísima gastronomía, aunque tuve una experiencia un
tanto negativa. Conocí a una mujer que era insoportable, no me dejaba
en paz, no paraba de hablar, era lo más pesado que he conocido en mi
vida, hablaba y hablaba, como una cotorra. Además, tuve sexo con ella,
el peor sexo de mi vida¿Qué ha dicho, cielo?
Que te conoce.